El primer astronauta moderno en ir al espacio fue Yuri Gagarin, el 12 de abril de 1961, quien orbitó nuestro planeta y pronunció la emblemática frase: «¡La Tierra es azul!».

Antes de eso, llegar al espacio solo estaba disponible en la ciencia ficción de Julio Verne y H.G. Wells.

 

Sin embargo, una curiosa figura de un astronauta tallada en la fachada de la entrada norte de la Catedral de Salamanca, España, ornamenta la iglesia, construida en estilo gótico entre los años 1513 y 1733.

La misteriosa figura con botas, casco y todo el aparato de respiración, con tubos conectados a su espalda, parece flotar en una caminata espacial, como los astronautas modernos.

Pero, ¿qué estaría haciendo una figura así en una iglesia del siglo XVI?

Astronauta en una caminata espacial.

Vienen a la mente teorías sobre los antiguos astronautas, los viajes en el tiempo y el poder sobrenatural de la visión del futuro, pero la respuesta a esta pregunta no está clara, ya que no hay documentación que demuestre realmente cuándo se esculpió el astronauta.

Sin embargo, hay dos versiones que pueden señalar que es, en realidad, una figura anterior a su tiempo.

La primera posibilidad es que la escultura fuera construida durante la primera de las obras originales de la Catedral de Salamanca, entre 1513 y 1733.

Una segunda hipótesis indica que pudo haber sido añadido al edificio en 1755, durante una restauración que se hizo debido al terremoto de Lisboa, que golpeó y dañó la Catedral, y algunas grietas aún son visibles hasta el día de hoy.

Los escépticos, sin embargo, tienden a creer que el astronauta fue realizado en 1992, cuando la catedral se sometió a una nueva reforma y en ese momento ya existía la exploración espacial, por lo que la figura del astronauta habría sido esculpida por Miguel Romero y simplemente habría quedado fuera de los registros del arquitecto Jerónimo García de Quiñones, quien estuvo a cargo de la renovación. Pero ninguno de los implicados en la reforma hasta la fecha ha confirmado que haya sido el autor de la obra.

Catedral de Salamanca, España.

Sin embargo, los que defienden teorías alternativas creen que el astronauta, en realidad, fue esculpido mucho antes y que la restauración solo reparó al astronauta dañado.

El misterio radica en que las fotos tomadas antes de la restauración de la fachada convenientemente no han sido encontradas, y no hay testigos, creando una controversia entre los testimonios.