Los Rollos del Mar Muerto fueron encontraron en las Cuevas de Qumran, en Cisjordania, a fines de la década de 1940 y comprenden una colección de cientos de textos y fragmentos de la Biblia y otros textos apócrifos que no son o han sido eliminados de las Sagradas Escrituras.

Los textos fueron compilados por el pueblo esenio, que vivía en Qumran, a orillas del Mar Muerto, entre 150 a.C y 68 d.C., cuando su asentamiento fue destruido.

 

Aproximadamente 930 fragmentos de manuscritos, escritos en copto, hebreo, arameo y griego, fueron encontrados en once cuevas de la región y ofrecieron a los estudiosos otra mirada al pasado, arrojando una luz diferente sobre las religiones abrahámicas.

El último de estos hallazgos se produjo después de que los expertos analizaran un fragmento de los Rollos del Mar Muerto, utilizando diferentes longitudes de onda y luz con una resolución 28 veces mayor que el escaneo estándar.

La traducción de esta parte del texto reveló que el Arca de Noé tendría forma de pirámide.

Los científicos no pudieron leer una de las palabras que componían la oración sobre la altura del arca, sin embargo, gracias a la alta tecnología, descubrieron que la palabra que faltaba era «ne’esefet».

El Dr. Alexey Yuditsky, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dice que la traducción de esta palabra es «reunidos», que en contexto significa que las «costillas» del arca se unen en la parte superior para formar una especie de pirámide.

Yuditsky esta convencido de que el descubrimiento está respaldado por descubrimientos anteriores e afirmó que la Septuaginta, una traducción griega da Bíblia que data del siglo III a.C., también describe el Arca de Noé en forma de pirámide y otros autores medievales, como Maimónides, también escribieram lo mismo.

Este descubrimiento llevó a la creencia de que Noé podría haber sido un faraón o un miembro importante de la realeza egipcia, que salió de Egipto para construir el Arca, después de que su pueblo desacreditara sus advertencias sobre el diluvio.

Las pirámides eran un signo de alta posición en el Antiguo Egipto y algunos pasajes de los Rollos del Mar Muerto, así como otros textos antiguos, ya han sugerido que Enoc, bisabuelo de Noé, también conocido con los nombres de Surid, Hermes Trismegistus y Idris, habría sido el constructor de la Gran Pirámide de Giza en tiempos antediluvianos y reinó sobre todas las personas durante 243 años.