Los misterios que rodean nuestra genética a menudo se han asociado con la Teoría de la Panspermia Cósmica, una hipótesis que sugiere la existencia de vida en todo el Universo siendo distribuida por meteoritos, polvo espacial, cometas y asteroides, que surgió por primera vez en el siglo V a.C., en Grecia, y fue nuevamente destacado en el siglo XIX por Hermann von Helmholtz.

La teoría de Panspermia cuenta con el apoyo de numerosos científicos, entre ellos Francis Crick, el creador de la teoría de la forma de doble hélice del ADN humano.

 

Aunque la noción de que la vida en la Tierra tiene orígenes extraterrestres no es nueva, un par de investigadores creen haber encontrado un código antiguo que podría probar esta teoría, y para ellos, nuestro ADN lleva mensajes, patrones matemáticos y simbólicos que parecen artificiales, como la repetición del número 37, que podría ser una «firma alienígena».

Creen que hace cientos de millones de años, estos «científicos extraterrestres» pudieron haber visitado la Tierra o enviado una señal electromagnética que llevaba información que habría alterado nuestro ADN.

Panspermia: material genético podría ser enviado a la Tierra.

Otra posibilidad sugiere que la vida puede ser el resultado de una «Panspermia Directa», y los científicos creen que estos extraterrestres podrían haber «sembrado» la Tierra, enviado material genético intencionalmente para comenzar la vida.

Mensajes Matemáticos Ocultos

El matemático Vladimir Shcherbak y el astrofísico Maxim Makukov postularon que los seres humanos fueron creados a través de la ingeniería genética desarrollada por seres extraterrestres de otro sistema planetario y afirman haber descubierto una «señal inteligente» codificada dentro de nuestro material genético.

Según Shcherbak y Makukov, el ADN parece ser una creación artificial y matemáticamente perfecta: «Las configuraciones simples del código revelan un conjunto de patrones arquitectónicos e ideográficos de lenguaje simbólico. Además, incluye el uso de notación decimal y transformaciones lógicas precisas y sistemáticas.»

Los patrones ideográficos significan que el ADN utiliza símbolos que representan objetos físicos. Del mismo modo, Shcherbak y Makukov identificaron un patrón numérico repetitivo en el código del genoma humano que tiene proporciones matemáticas, fracciones y constantes.

Los análisis realizados en el código genético, que es el conjunto de reglas que traduce el ADN en proteínas y no cambia a medida que se transmite de generación en generación, indican que, misteriosamente, el número 37 aparece al menos 9 veces en su estructura química y, según los cálculos de los científicos, la probabilidad de que esta repetición haya ocurrido de forma natural y aleatoria es de 10 billones a 1.

«Estaba inmediatamente claro que el código tiene una estructura no aleatoria. Los patrones que describimos no son simplemente casuales. Tienen algunas características que, al menos desde nuestro punto de vista, son muy difíciles de atribuir a los procesos naturales», dice Makukov.

De hecho, otros escenarios matemáticos con el número 37 también aparecen en el cuerpo humano. La temperatura media corporal es de 37 grados centígrados, el número de células en el cuerpo humano es de 37 billones y la masa de núcleo molecular compartida por los 20 aminoácidos presentes en todas las proteínas existentes en la naturaleza es de 74, que es doble 37.

Por lo tanto, el número 37 está intrínsecamente vinculado al ADN y al cuerpo humano, siendo la base biológica de los seres humanos.

Shcherbak y Makukov también afirman que el código genético parece contener un tipo de «receptor», como una radio o satélite que captura ondas electromagnéticas, y por lo tanto podríamos tener contacto directo y corporal con nuestros creadores extraterrestres.

Y en cuanto a quién habría codificado el misterioso mensaje, Makukov dice: «Tal vez se fueron hace mucho tiempo. Tal vez todavía estén vivos. Creo que son preguntas para el futuro. Pero según los estándares del código, la explicación que damos, creemos que es la más plausible».

Otras Evidencias

Otra evidencia de una intervención extraterrestre se puede encontrar en un estudio científico de 2004 realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Chicago en los Estados Unidos.

Este estudio concluyó que la complejidad del cerebro humano no podría haber ocurrido naturalmente debido a que la evolución era lenta y aleatoria, y que hace unos 50.000 años hubo un «evento desconocido» que impulsó rápidamente la evolución del ser humano, permitiendo su sofisticado desarrollo.

Pinturas rupestres australianas que pueden tener hasta 50.000 años de antigüedad y representar a los Wandjinas, los «seres celestiales que trajeron civilización y prosperidad al pueblo».

El marcador genético llamado FOXP2 cambió, permitiendo a los seres humuna crear lenguajes y pensamientos abstractos, y a partir de este cambio, comenzaron a aparecer las primeras artes del rock, representando extraños creadores de «dioses», similares a las figuras extraterrestres mencionadas en los contactos inmediatos contemporáneos.

El factor Rh es otra fuerte evidencia que merece ser resaltada. Las personas con factor Rh Positivo en su sangre tienen una proteína presente en la membrana de los glóbulos rojos que las personas con factor Rh Negativo no tienen.

La ciencia tradicional dominante dice que el factor Rh Negativo es sólo una mutación casual que ha surgido en algún momento de nuestra evolución, pero extrañamente los seres humanos son los únicos seres en este planeta que poseen el tipo de sangre con factor Rh Negativo.

Sin embargo, investigadores alternativos proponen que el factor Rh Negativo es evidencia de una antigua hibridación entre extraterrestres y humanos y que su aparición, exclusivamente en humanos, está relacionada con las historias antiguas sobre los «ángeles caídos» que se aparearon con mujeres humanas, dando a luz a las Nefinas.

Toda esta información es evidencia lógica y convincente sobre una intervención extraterrestre en un pasado remoto y un día tendremos la tecnología para descifrar todas estas pistas y patrones matemáticos que revelarán mensajes ocultos en nuestro ADN que nos ayudarán a desentrañar los misterios de nuestros orígenes.