En una remota península rusa llamada Kamchatka, a 200 km de la ciudad de Tigil, arqueólogos de la Universidad de San Petersburgo han descubierto un extraño fósil.

La autenticidad del hallazgo fue certificada y, según el arqueólogo Yuri Golubev, el descubrimiento sorprendió a los científicos por su naturaleza, al menos inusual, capaz de reescribir la historia o la prehistoria de la humanidad.

 

No es la primera vez que se encuentra un artefacto antiguo en esa región, pero sorprendentemente bien conservado, este artefacto específico está incrustado en la roca, lo cual es comprensible, ya que la península es el hogar de numerosos volcanes.

Sometido a análisis, el conjunto estaba compuesto por piezas metálicas que parecen formar un mecanismo, un conjunto de engranajes que pueden ser de una especie de reloj o ordenador.

Lo sorprendente es que el lugar donde se ubicaron las piezas está fechado hace 400 millones de años.

Península de Kamchatka, Rusia.

El arqueólogo Yury Golubev comentó:

«Recibimos una llamada del alcalde de Tigil. Nos dijo que algunas personas estaban caminando por la escena y encontraron estos restos en la roca.

Fuimos a la ubicación indicada, e inicialmente no entendimos lo que vimos. Había cientos de engranajes dentados que parecían ser partes de una máquina.

Estaban en perfecto estado, como si se hubieran congelado en poco tiempo. Era necesario controlar la zona, porque pronto los curiosos comenzaron a aparecer en grandes cantidades. Otros científicos y geólogos estadounidenses han definido la pieza como un artefacto increíble y misterioso».

Parte del extracto extraído para su análisis.

Nadie podía creer que hace 400 millones de años sería posible tener una máquina.

En ese momento, las formas de vida todavía eran muy simples, incluso los dinosaurios solo surgieron hace unos 250 millones de años, pero el descubrimiento sugiere claramente la existencia de seres inteligentes capaces de tal tecnología.

Las posibilidades apuntan a una civilización desconocida que se habría desarrollado antes que los humanos, o que los seres que crearon este mecanismo habrían venido de otro planeta y su nave espacial fue dañada, tal vez por un accidente, y fue abandonada en el acto.

También se encontró que las piezas alcanzaron el estado de fosilización en un período de tiempo geológicamente corto.

Posiblemente, la «máquina» cayó en lo que una vez fue un pantano y, a pesar del hallazgo, los científicos prefieren ser cautelosos y considerar que la evidencia aún no es definitiva.

Golubev reflexiona: «Rechazar la existencia de la tecnología, incluso en un pasado tan remoto, es un grave error porque la evolución no es lineal«.