Una representación en relieve en el Templo de Hathor, ubicado en el complejo del templo egipcio de Dendera, que se conoció como las «Lámparas de Dendera», ha sido una de las grandes fuentes de controversia en la historia egipcia, ya que los Teóricos de los Antiguos Astronautas interpretan la representación como evidencia de un sistema de iluminación moderno que se asemeja a un tubo de Crookes.

Entre los que apoyan esta teoría se encuentra Erich von Däniken, autor del best-seller “Chariots of the Gods” (Recuerdos del futuro: enigmas insondables del pretérito).

 

Los defensores de esta teoría afirman que la luz eléctrica proporcionaría una explicación de la ausencia de «lampblack» en muchas tumbas descubiertas. El lampblack, o negro de humo, es el residuo de carbono que queda al quemar combustibles que se producen en antorchas o lámparas de aceite.

Las lámparas Dendera se utilizan a menudo en un contexto similar a la «Batería de Bagdad», bajo el supuesto de que las culturas antiguas eran mucho más avanzadas de lo que creemos.

Las inscripciones alrededor del relieve de las “Lámparas de Dendera” hacen referencia al “sol naciente que brotará de una flor de loto en la forma del dios serpiente Sematawi”, lo que da lugar a muchas interpretaciones.

La imagen sería una combinación de una flor de loto, un pilar de Djed, que es un símbolo de estabilidad, simbolizado por brazos extendidos, y una serpiente saliendo de la flor a través del útero de Nut.

Tubo de Crookes, experimento eléctrico en un tubo de descarga, parcialmente en el vacío, inventado por el físico inglés William Crookes hacia 1869-1875, a través del cual se descubrieron los rayos catódicos.

La opinión dominante entre los egiptólogos interpreta los relieves como el útero de Nut, la diosa del cielo, que también es una representación común de la noche. Entonces, la imagen puede mostrar el sol naciente abriéndose paso a través de la noche.

Aún con la explicación de los egiptólogos, los dibujos siguen generando polémica.

A muchos no les convence la hipótesis presentada por los historiadores, prefiriendo creer que los antiguos egipcios dominaron la tecnología de la energía eléctrica.