Cautivadora y al mismo tiempo perturbadora, La Dama de Elche ha intrigado a los investigadores durante más de un siglo.

Para algunos, no es más que la escultura de una poderosa reina poderosa o una antigua sacerdotisa, para otros, es una prueba de los avances tecnológicos utilizados en una civilización perdida en el tiempo.

 

El misterioso artefacto, un busto policromado que representa la cabeza de una mujer, tallada expertamente en piedra caliza porosa de 56 cm de altura, 45 cm de ancho y 37 cm de profundidad, fue desenterrado por casualidad en 1897 por un joven trabajador agrícola que estaba limpiando una zona de plantación en la finca L’Alcúdia en Elche, en el sureste de España.

Según los expertos, la escultura data del siglo 4 y su descubrimiento confirma la existencia de una cultura ibérica milenaria.

Las condiciones en las que se encontró a la Señora de Elche son impresionantes, en relación con los otros artefactos encontrados en la misma región, este busto parece haberse quedado fuera de contexto, al parecer colocado deliberadamente en su lugar para ser protegido u oculto, de tal manera que es prácticamente imposible saber cuál es su verdadero significado y propósito, ya que no está relacionado con el entorno en el que se encontró.

El Enigmático Casco

La Dama de Elche.

Toda la pieza pesa unos 65 kilos y representa a una mujer bellamente vestida con tres prendas de vestir: una túnica, un vestido y una capa abierta con lading. Cuando se descubrió el busto, también se notaron rastros de colores brillantes, como el rojo y el azul, lo que significa que sus antiguos fabricantes probablemente también lo pintaron.

Pero lo que más llama la atención son las dos grandes espirales que enmarcan cada lado de su rostro, similar a una coe, trenzada y decorada con formas de flores de loto y perlas, con pendientes que cuelgan hasta los hombros y un collar con muescas que adorna su cuello.

El origen del busto es objeto de mucho debate.

Algunos estudiosos sostienen que ella es ibérica y sugieren que la imagen de una reina fue hecha, ya que sólo una mujer de la alta aristocracia podría utilizar una decoración tan espectacular y majestuosa, mientras que otros investigadores creen que era una sacerdotisa o una antigua diosa vinculada a la cultura vasca.

Otros eruditos sugieren que fue tallada en la imagen de una diosa de Cartago llamada Tanit, conocida por tener poderes sobre la Luna, el Sol y las estrellas.

Ahora, para algunos pensadores modernos, lo que lleva la mujer no es más que un casco con tecnología antigua avanzada y propuso que la Dama de Elche fuera descendiente de algunos colonos de la Atlántida en esa región de la Península Ibérica. Su casco tecnológico reflejaría la naturaleza muy avanzada de esta civilización.

Actualmente, el artefacto original se encuentra en Madrid, y una réplica del mismo fue producido y alojado en el Museo de Arqueología e Historia de Elche.

Otros Descubrimientos Arqueológicos Relacionados

La Señora de Guardamar.

La Dama de Guardamar fue descubierta en 1987 en el yacimiento arqueológico fenicio Cabezo Lucero de la provincia española de Alicante, cerca de Elche.

La civilización fenicia tiene sus orígenes en el Mediterráneo oriental, y se concentra en todo el Líbano y Siria y, en su apogeo, entre 1.100 y 200 a.C., la civilización se extendió a lo largo de toda la costa del Mar Mediterráneo hasta la Península Ibérica.

Otro descubrimiento, aún más intrigante, fueron los 12 medallones con la misma figura y que contenían inscripciones cuneiformes encontradas en 1969 en Richfield, Utah, en los Estados Unidos, enterrados a más de 2 metros de profundidad, que son un misterio completo y, hasta el día de hoy, nadie ha sido capaz de explicar su origen.

Se sabe que los fenicios eran navegantes experimentados y exploradores intrépidos, desarrollando una extensa red de comercio marítimo que duró más de un milenio, convirtiéndose en la potencia dominante durante gran parte de la antigüedad.

Uno de los 12 medallones de Richfield.

Hay muchas teorías sobre la presencia de fenicios en América, incluyendo Brasil, que están apoyados por registros descubiertos, inscripciones y artefactos, lo que indicaría que esta civilización estaba mucho más avanzada de lo que se suponía y habría cruzado el Océano Atlántico al menos 2.000 años antes de Colón, y podría tener conexiones o tal vez incluso ser los descendientes de la civilización perdida de la Atlántida.