Una de las preguntas más difíciles para la Astrobiología es si hay, en algún lugar de nuestro Sistema Solar, restos de alguna forma extinta de vida.

Algunos científicos como el astrofísico Jason Wright de la Universidad de Pensilvania y miembro del Centro de Exoplanetas y Mundos Habitables incluso consideran que una especie tecnológica puede haber existido en nuestro sistema planetario en un momento anterior a la aparición de los humanos en la Tierra.

 

En 2016, Wright publicó un artículo discutiendo dónde estaría el mejor lugar para buscar los signos tecnológicos dejados por esta civilización.

Otros astrónomos, sin embargo, han sugerido la búsqueda de «balizas» en objetos del cinturón de Kuiper, que podrían servir como evidencia de la existencia de tecnologías y, por lo tanto, de civilizaciones, extraterrestres.

Para Wright, lo más obvio para la desaparición de una especie tecnológica anterior a la nuestra sería «un cataclismo, ya sea un evento natural, como un impacto de un asteroide con capacidad de extinción, o autoinfligido, como una catástrofe climática global».

Para el investigador, si estuviéramos hablando de una especie con capacidades espaciales que se habría asentado en el Sistema Solar, un solo evento no habría sido suficiente para hacerla desaparecer.

Otra posibilidad es que los asentamientos de esta civilización no fueran completamente autosuficientes y dependieran de suministros del exterior que, tras la catástrofe, dejaron de llegar.

«Alternativamente, si un estallido de rayos gamma cercano ocurriera inesperadamente, o una supernova también podría producir un cataclismo que afectaría a todo el sistema«, dice Wright.

Búsqueda de Artefactos Antiguos

Desde un punto de vista estrictamente científico, dice el investigador, es perfectamente razonable preguntarse si la vida existió en nuestro sistema planetario, o si todavía existe hoy en día.

El problema se está convirtiendo cada vez más en la razón principal para agencias espaciales como la NASA.

Gran parte del trabajo de investigación, sin embargo, se centra en la ubicación de la vida microbiana o, en el mejor de los casos, la falta de inteligencia.

Para Wright, los artefactos tecnológicos, si existen, serían mucho más fáciles de encontrar.

De hecho, si alguna vez una especie tecnológica antes que la nuestra, tal vez el espacio, apareciera en el Sistema Solar, esta especie podría haber producido artefactos u otras señales tecnológicas que habrían sobrevivido hasta nuestros días.

La búsqueda de estos artefactos en lugar de microbios sería, para Wright, una forma potencial de resolver de una vez por todas el gran problema de la Astrobiología.

En el caso de Venus, por ejemplo, la llegada de un efecto invernadero global y la posible reestructuración de su superficie podrían haber borrado todos los rastros de vida anterior.

«Incluso en la Tierra, la erosión y, en última instancia, los movimientos de las placas tectónicas habrían podido borrar toda evidencia de una civilización que surgió y se desarrolló hace unos pocos millones de años», dice Wright.

Por lo tanto, los posibles signos de tecnologías de civilizaciones anteriores a la nuestra, que serían extremadamente antiguas, solo podrían encontrarse en un número limitado de lugares del Sistema Solar, como debajo de la superficie de Marte, o la Luna, o cualquiera de los numerosos cuerpos del Sistema Solar Exterior.